Sin duda, las micro, pequeñas y medianas empresas, empujan el
desarrollo del país y por tanto requieren de una transformación digital, que
les permita acelerar sus procesos de venta.
En digital todo es un tema de perspectivas y marcos de referencia. Si
tenemos una perspectiva correcta tendremos una repuesta correcta al entorno
para poder crecer rápido. Las oportunidades están ahí afuera, las tecnologías
están en un cambio constante y por ello la transformación digital no es sólo un
cambio de tecnología, es un cambio de actitud, de liderazgo.
La transformación digital se trata de estrategia, de lo que nosotros
hacemos, pensamos y amplificamos haciendo uso de la tecnología; por ello hay
que ser conscientes de ese cambio de pensamiento para poder hacer una verdadera
transformación digital desde cualquier lugar y con cualquier presupuesto.
En la actualidad el conocimiento está al alcance de nuestras manos, la clave se encuentra en saber transformarlo. El conocimiento y la forma de usarlo nos ha obligado a crear soluciones en serie y hasta hoy creemos que una misma solución aplica para varios problemas, pues nos enseñaron a pensar dentro de una caja.
A lo largo de nuestra formación, nos enseñaron a tener un
pensamiento industrializado y este fenómeno se da desde la educación hasta la producción
comercial. Nos enseñaron a crear
productos en serie y querer hacer lo mismo para todos, pues todo el pensamiento
que nos ha influenciado proviene de la Revolución Industrial.
Otro factor que nos ha
llevado a permanecer en esta “caja” es el miedo a mostrarnos débiles, incapaces
o fracasados. Nos da miedo fallar,
preguntar, decir, indagar, resumir para tener claridad de lo que nos dijeron.
Nos causa miedo que los demás se den cuenta que no sabemos, que no conocemos un
concepto o un proceso.
Pero ¿cuántas veces las empresas o emprendedores no han fallado para
lograr ser lo que son? Probablemente sin esas equivocaciones no habrían creado
grandes inventos que transformaron al mundo. Thomas Alva Edison se equivocó
1,000 veces antes de crear la bombilla.
Un último factor que nos mantiene en la “caja” es la forma en la que
se hacía negocios. Antes sólo se necesitaba ganar dinero, pues el centro de
toda la actividad empresarial era el producto o la marca; en cambio ahora los
negocios se hacer poniendo al consumidor al centro de todas las estrategias. Ahora el mundo es volátil, el consumidor es
volátil y por ello no se pueden seguir haciendo las cosas de misma manera ya
que nos encontramos en un entorno competitivo. Para mantener un negocio hay que
reinventarse cada cierto tiempo.
Vivimos en un mundo en el que la credibilidad y la confianza son los activos más valiosos de una pequeña y mediana empresa. Todas las plataformas de negocio están basadas en la credibilidad y la confianza alrededor de las MIPYMES. Todas nuestras acciones y decisiones impactan en la reputación de las marcas y las empresas y terminan afectando la credibilidad y la confianza que los consumidores tengan en ellas.
En la era de la transformación digital, la MIPYMES se desenvuelven
en un ambiente sumamente conectado a Internet. En pocos años la conectividad
nos permitirá tener al alcance de un click toda la información que necesitemos
de las marcas o incluso gestionar desde nuestro celular tareas básicas de
nuestras casas.
Los niveles de conectividad a los que nos dirigimos, nos obligará a ser
hiper transparentes pues los consumidores tendrán acceso a nuestras acciones en
tiempo real ¿Cómo podemos prepararnos para cuidar nuestra reputación? Tarde o
temprano la transformación digital llegará a nuestros negocios ¿por qué no
preverlo y prepararnos para ello? ¿Qué estamos haciendo ahora para ser mejores
líderes y tener un mejor negocio en el futuro?
Les invito a que den el primer paso para llevar a sus microempresas, a la era
conectad y prepararse para la transformación digital.